14/10/13

La vida en regla

Hay cosas que te marcan para toda la vida. Recuerdo que pasábamos los veranos con los chicos del barrio tirados en una esquina cualquiera haciendo lo que ahora anhelo: la nada misma. Esos veranos eran interminables. El tiempo nunca pasaba, parecía eterno. No como ahora que no sé cómo demorarlo aunque sea un par de horas.
Una de esas tardes, sería cualquiera porque eran todas iguales, (al menos hasta ese día) el Colorado se apareció con una larga regla de madera. Se sentó en el pasto y con la voz de quien pretende ser el centro absoluto, nos dijo: "Miren esto, giles. La regla tiene noventa centímetros. Hagamos de cuenta que vamos a vivir noventa años, entonces cada centímetro es un año". Debo reconocer que en ese momento el colorado logró la atención de todos y no sé por qué a mí se me empezó a formar un nudo en la garganta.
Siguió: "Vos, gordo, ¿cuántas horas dormís por día contando las siestas?"  le preguntó a Sebastián ante la carcajada general. "Y, ponele ocho, qué sé yo" respondió el gordo fastidiado. El colorado tomó la regla y con un golpe certero la cortó en el centímetro 30 y arrojó el pedazo que me cayó encima. "Treinta años durmiendo. ¿Cuánto tiempo pasaremos estudiando o trabajando? Haciendo un cálculo simple, contando que nos jubilamos a los 65".... y nuevamente partió la regla. Esta vez en el centímetro 50.
Así, para angustia de todos los que estábamos reunidos aquella tarde, el colorado siguió cortando pedacitos de la regla. Un par de centímetros para los tiempos muertos, otro para el transporte diario, algunos para los días en que nos enfermamos. Se detuvo un instante y sacó un pedacito más. Lo atribuyó al tiempo que pasamos en el baño. La regla se fue achicando inexorablemente mientras yo me espantaba con la demostración. Finalmente el colorado dejó los centímetros sobrantes de vida a la vista de todos y sentenció: "Ahí tienen lo que les queda para disfrutar, aprovechenlá". Luego  se levantó y se alejó como si fuera un profeta iluminado.
Lo sucedido esa tarde nos dejó en un estado depresivo y casi no nos atrevíamos a hablar del tema. Hasta que unas semanas después  nos enteramos de que el Colorado había muerto en un accidente de tránsito.
El gordo Sebastián levantó la mirada y dijo : "Un pelotudo importante el Colo, ¿no? Vamos a tomar un helado.

9 comentarios:

  1. Ok, lo espero.
    Me quedo pensando...y sí, un pelotudo importante.

    Besos Dany!

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  2. Un grosso el Gordo! De haber vivido más tiempo, seguramente actuario de alguna Cía. de seguros. Lo único que es disputable es lo del baño. Si bien no es mejor lugar para profundas meditaciones - tiene lo suyo. Me alegro verlo de regreso, aunque sea fugazmente. Siga editando - Humberto me parece que te va a ganar, pero claro H. es de Capricornio :-)...Abrazo!

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  3. ¿Sebastián es un imbécil o un sabio? Lo pensaré mientras tomo mi helado.

    Abrazo, Dany.

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  4. Muy bien llevado, Dany.
    No hay medidas para la vida, ese hilo sólo lo tejen las Moiras.
    Un fuerte abrazo.
    HD

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  5. El Colo más que un "profeta iluminado" fue un "profeta estrellado". Qué bueno su regreso, Cuervín! Mierda, que se extraña! Abrazo fortinero!

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  6. un requiem para el colo!!!!
    pero como decía el amigo luca
    "mejor no hablar de ciertas cosas"
    la negación es una virtud innegablemente
    jaja

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