Conocimos al asesino en El, el asesino
Conocimos a la puta en Ella, la puta
Conocimos al detective en Ese, el detective
Ahora los presentamos.......
19-La cabeza le ardía y no era precisamente por el inclemente sol del mediodía ya que se encontraba cómodamente instalado bajo una sombrilla. Cómodo era poco, se sentía como un rey. La maravillosa playa de aguas cristalinas y cálidas entornada por un imponente acantilado lleno de vegetación le daban marco a este presente. La cabeza le ardía. Repasaba una y otra vez su situación. Del intento de suicidio a convertirse en asesino. De la desesperanza a la omnipotencia. Del aburrimiento a la adrenalina. Y finalmente de la rutina a esta vida de lujo. Las dudas sobre el futuro le entorpecían el disfrute del presente. Ya no quería morir, ni siquiera sabía si quería seguir asesinando y correr el riesgo de ser atrapado. El hedonismo lo había hecho prisionero. Ya se iba desdibujando la fantasía del héroe de los inocentes que mata a quienes los someten. Ahora disfrutaba de los placeres de la vida pero sus ahorros y el maletín lleno de dinero que la misteriosa mujer le había entregado cuando se despachó al obispo, tarde o temprano se acabarían. Y luego, ¿qué? -Camaroes grelhados, uma cerveja.- El muchacho del servicio de playa lo distrajo de sus pensamientos. Disfrutó la comida y se disponía a dormir una siesta cuando sus ojos atentos vieron a una mujer caminar sola por la orilla. Una escultural belleza que era como un faro llamando la atención a pesar de usar un sombrero blanco y anteojos de sol que hacían inescrutable su rostro. Si el mismo fuera en mínimo porcentaje proporcional a su cuerpo, para Julián entraba en la categoría de diosa. Apuró el último sorbo de cerveza, se levantó de la reposera y se dirigió hacia la mujer. Mientras caminaba hacia ella se dijo que mejor era posponer la deliberación interna e ir por un poco de acción. En esta cuestión, no tuvo dudas. Llegó a ella, la siguió un par de pasos. - Estás para el asesinato- le dijo, como si fuera un exabrupto de su inconsciente.
20-La cabeza le ardía y no era precisamente por el inclemente sol del mediodía del cual se protegía con un sombrero blanco mientras caminaba por la orilla. La muerte de su amiga la había perturbado demasiado. Pudo escaparse con los maletines y llegar a Brasil donde tenía pensado quedarse a vivir. Pero ahora no estaba segura. Las cosas se habían complicado lo suficiente hasta el punto en que pensó seriamente en devolver el dinero. Rápidamente desechó ese pensamiento. Igual la matarían. Cuatro muertos eran ya demasiado. Le pareció que alguien la miraba con binoculares desde un barcito cercano al acantilado y se estremeció. Cuando vió que era un gordito con una bermuda ridícula se tranquilizó. -Otro pajero- pensó. Volvió a sus cosas. Necesitaba pensar en una estrategia, los tipos la iban a buscar hasta encontrarla. Abandonar la prostitución con un buen resto de dinero para vivir bien fue siempre su plan. Por eso aguantó lo que aguantó. Quizá la ambición fue demasiada. No podía olvidar los ojos del asesino, sobresaliendo del pasamontañas. Ese hijo de puta le cagó la vida. Hubiera entregado los tres maletines y trabajo terminado. Pero no. Los momentos compartidos en esta misma playa con su amiga asesinada le volvían una y otra vez. Demasiadas cosas en su cabeza. Mariana, siempre fue decidida y siempre supo lo que quería pero esta vez se hallaba atrapada. La alternativa era seguir con el perfil lo más bajo posible y dejar que pase el tiempo. Sintió que alguien la seguía, un escalofrío y casi se derrumba cuando escuchó: -Estás para el asesinato.-
21-La cabeza le ardía y era precisamente por el inclemente sol del mediodía. Luego de un par de días calientes recorriendo playas para encontrar aquella mujer que coincidiera con la foto, Aureliano estaba en llamas. Su torso desnudo con lunares de buen tamaño, luego del sol acumulado, se asememejaba al interior de una sandía. Adquirió en un puesto callejero una camiseta de fútbol para cubrirse. Eligió la del futbolista del momento, Ganso. Y así andaba Aureliano con esa prenda que le apretaba desde todos los puntos cardinales, la bermuda multicolor, una pared blanca de protector solar en la cara, una gorra, un par de binoculares y el nombre de Ganso en la espalda. Bajó trabajosamente los 198 escalones del acantilado que lo llevaba a una playa de ensueño. Transpirando a mares levantó la vista y sus ojos se llenaron de alegría. Lo que veía en ese momento era lo mismo que se veía en la foto. -Este es el lugar, acá seguramente encontraré a la Loba- pensaba con su extraña mezcla de lógica y azar. Luego de dos agotadores días repitiendo la extensa caminata, refugiándose en las escasas sombras de los paradores, descompuesto por el exceso de cerveza y camarones, tuvo un raro sentimiento de frustración y culpa. Decidió que era el momento de hablar con su madre y pedirle disculpas. La mujer caminando por la orilla con sombrero y anteojos lo distrajo y sepultó la idea anterior. La observó con los binoculares y su corazón se aceleró. Miró la foto y volvió a la mujer. Se vanaglorió unos instantes de su inteligencia mientras seguía atentamente la caminata solitaria de, para él, la asesina. La Loba. -¿Y ahora qué?- se angustió. Obviamente hasta acá había llegado y todo lo que siguiera sería fruto de la improvisación. Como había sido hasta el momento, pero sin que Aureliano lo admitiese. De pronto vio cómo un hombre se acercaba a ella por su espalda. -Uno de los mafiosos- pensó mientras clavaba los ojos para no perderse detalle. Observó que el hombre le decía algo y ella quedaba paralizada.
22-Nunca un encuentro de miradas provocó tanta electricidad. Julián, el asesino de asesinos y Mariana, la puta ambiciosa, se cruzaron tres veces antes. Ahora la realidad los cacheteaba con un encuentro en un lugar impensado. Para Julián el asombro fue demasiado, se quedó mudo. Para Mariana, aún sin saber a ciencia cierta con quien se estaba produciendo tamaño intercambio de sensaciones, fue un shock. Los ojos de él se fusionaban con la imagen del asesino con el pasamontañas . Y dramáticamente coincidían. Tardaron tanto en reponerse que la ausencia de palabras era ruido en sus oídos. Sus cabezas trabajaban intensamente aunque el destino ya había dado su veredicto. Ella, más acostumbrada a situaciones difíciles, atinó a preguntar -¿Te conozco de algún lado?- Julián tuvo que recomponer su situación y fue al grano- Si, obviamente estuvimos en el mismo lugar, casi al mismo tiempo, al menos tres veces- dijo sincerándose y arrepintiéndose en el mismo instante en que las palabras salieron de su boca. Mariana confirmó sus sensaciones y se angustió. Se miraron. Julián, aturdido, invitó a unos tragos. Mariana, ansiosa, accedió. Nadie, ante semejante bagaje de casualidades, podría haber declinado el hecho de satisfacer la enorme curiosidad. Estaban jugados. Hablaron durante horas, que luego se hicieron días. Por alguna razón se sinceraron. Por alguna razón se comprendieron y se perdonaron. Las historias eran tan diferentes pero los presentes eran casi un calco. Los dos atascados entre la culpa y la ambición, entre la mierda y la buena vida. Marginales y en cierta forma, victoriosos. Y los dos cruzándose como si alguna razón superior quisiera juntarlos a pesar de ser extremos. Pero los extremos se tocan. Y cuando ellos se tocaron, la pasión superó, como siempre lo hace, todo lo demás. Cogieron . Cogieron como si fuese a venir el fin del mundo, extraña premonición. Cogieron frente al dinero que les permitía ambos la entrada a ese paraíso. Cogieron hasta que la puerta de entrada de la habitación fue abierta violentamente y un arma brillante apareció delante de sus ojos.
23-Fiebre y mareos. Ampollas repartidas por su anatomía y un terrible malestar estomacal. En la paz de la habitación del hotel Aureliano no parecía reparar en estos contratiempos.
Toda su energía estaba puesta en definir los procedimientos que culminarían con el arresto de la asesina y el mafioso que la acompañaba. Como siempre en su vida decidió respetar las reglas y procedió a llamar al departamento de homicidios para pedir autorización. -Hola, ¿quién habla? -preguntaron. -Aureliano solicitando autorización para detener a sujeto femenino, presunta sospechosa de tres homicidios- dijo con voz grave y segura. -¿Aureliano?-dijo la voz de su interlocutor como invitando a la respuesta. El coro de obsecuentes no se hizo esperar -Agarrámela con la manoooo-. Colgó el teléfono con furia. Haría las cosas por su cuenta y a su manera. Se vistió y salió en procura de un arma. Caminando disfrutaba del sabor de la victoria, paladeaba el éxito y la consideración de sus jefes. Su cabeza deliraba por la idea de ser el instrumento de la justicia y también por la fiebre que aumentaba. Sin darse cuenta terminó en una favela donde consiguió un revólver de dudoso aspecto y unas cuantas balas. El costo fue todo el dinero que llevaba, más las zapatillas y el reloj de oro regalo de su madre. Al menos no lo violaron. Regresó como pudo parando un par de veces para hacer sus necesidades y descansar sus pies lastimados. Parecía un androide guiado por una misión. incapaz de doblegarse por cualquier dolor. Ya los había seguido hasta el hotel donde el mafioso se hospedaba y sabía el número de la habitación. Entró al lobby buscando pasar desapercibido. No lo logró. Su imagen resultaba patética. Se dirigió a la habitación cuya puerta estaba entreabierta. Colocó el arma de manera que se viera en el interior. Con voz grave repitió el parlamento que tantas veces había escuchado en la televisión. -Arriba las manos, quedan todos detenidos en nombre de la ley-.
24-Mariana cerró los ojos y apretó fuertemente la mano de Julián. Un gesto de despedida. Y no cabía interpretarlo de otra forma con aquel tipo apuntándolos en la habitación. Sintió deseos de llorar. Los que nunca tuvo en su vida, ni cuando su padre la molía a golpes, ni cuando sus clientes se abusaban. Siempre fiel a su promesa de no derramar lágrimas ni mostrar debilidad. Pero esta vez sentía que la muerte estaba cerca. Justo cuando todo se había dado vuelta y podía comenzar a respirar la libertad pacientemente acuñada tras cada polvo. No había salida, aún devolviendo el dinero, su suerte estaba sellada. Repasó los hechos. Demasiados muertos. Demasiada culpa. Su mente se posó un instante en Julián a quien su mano seguía aferrada. Otra historia de mierda que se iba enderezando se terminaría esa noche. Estos tipos no dejan testigos. Si solo pudiera lograr que él no caiga... Lloró. La bala sabe que tiene que buscar un cuerpo.
Julián cerró los ojos y sintió la mano de Mariana aferrándolo. Un gesto de despedida. Y no cabía interpretarlo de otra forma con aquel tipo apuntándolos en la habitación. Estaba furioso. Estos meses había tenido una nueva vida. La anterior había sido un desperdicio monótono, sin deseos propios, solo satisfaciendo los de los demás. No entendía bien porqué terminó envuelto en la historia de otros. Ni siquiera le adjudicaban los asesinatos, se los adjudicaban a Mariana. Había sido fiel ejecutor de su rol en el sistema, hasta que el sistema lo expulsó. La frustración lo había llevado al borde del suicidio. Los asesinatos fueron su redención. Quizá había llegado muy lejos. Como si el sistema dejara de vez en cuando alguna imperfección para oxigenarse a sí mismo y una vez hecho esto, suprimía la imperfección. Él era en este juego la imperfección a barrer. Ya estaba jugado, si solo pudiera lograr que ella no caiga. La bala sabe que tiene que buscar un cuerpo.
La voz grave de Aureliano se mezcló con el silbido de la bala que se incrustó en la cabecera de la cama. Sin entender lo que ocurría decidió entrar a la habitación. Vio a la asesina y al mafioso acostados y desnudos en la cama y a un hombre apuntándolos. Lo reconoció de inmediato. Era el mismo que lo golpeó y asesinó a la amiga de la Loba. No tuvo tiempo de pensar, la furia lo dominó por completo y quiso disparar su arma. Tanta impericia y con un arma tan endeble terminó con una grave quemadura en su mano. El hombre sonrió despectivamente y supo que se encontraba frente a un inútil. Volvió a exigirle el dinero a Mariana amenazando con matar a Julián. La escena se ponía cada vez más tensa. Apurado por la situación y para demostrar sus intenciones, volvió a disparar. Mariana ya lo había decidido. Para ella, Julián era culpable de otras cosas, pero no de su ambición. Solo el destino pudo colocarla en el camino de Julián y cagarle su redención. En el momento en que la bala salía del revólver ella se cruzó en su camino y cayó fulminada sobre Julián que quedó azorado abrazando el cuerpo tibio. La bala sabe que tiene que buscar un cuerpo, no importa cual. Todo se detuvo. Todos miraban el cuerpo inerte de Mariana. El pistolero quedó shockeado por la situación que se le había complicado por esa decisión imprevista de Mariana y se distrajo unos momentos. Fueron los momentos en que Aureliano se sobrepuso a todas sus adversidades físicas y mentales, los momentos en que tomó su arma y disparó por segunda vez. Ahora sí, impactando en la cabeza del pistolero que se derrumbó. Como a Julián se le había derrumbado nuevamente la vida. Aureliano, más consternado que satisfecho, se quedó con la mirada clavada en el cuerpo de Mariana. Julián supo de inmediato qué era lo que se avecinaba. Por eso recuperó su serenidad y se acercó a él. Le entregó unas llaves luego de hablar tranquilamente un par de minutos. Logró que Aureliano le entregara el arma y se fuera del lugar entre lágrimas y protestas, deseando volver con su madre y a su trabajo seguro.
Tirado sobre la cama y con la mano aferrada al revólver estaba Julián admirado de su templanza ante el inminente suicidio. FIN.
EPILOGO
Carlos se levantó de la cama, se vistió lentamente. Susana hizo lo propio mientras encendía un cigarrillo. Ambos estaban cansados. Ni se miraban; cada uno en lo suyo. Los dos se limpiaron prolijamente las manchas. Pedro se incorporó, se alisó la ropa y dijo: -Bueno muchachos, hasta la próxima. Me rajo a cubrir el banco que si no me cierran la cuenta. Un beso a Dany, si lo ven.- Carlos y Susana saludaron sin convicción. Casi cruzándose con Pedro, Gabriel entró a la habitación. -Hola, hola, ¿cómo va todo? Estuvo buena, ¿no? - preguntó a la pareja. -Mmmsii, el final se hizo largo pero valió la pena.- dijo Susana mientras se pintaba los labios, -yo los dejo porque tengo que llevar a Nahuel al jardín. Si viene Dany avísenle que yo no sé si voy a estar en la próxima, tal vez vuelva a modelar ropa interior. Besos.- Y fue Susana la que ahora abandonó la habitación. Carlos bostezó. -Qué embole, se me hizo tardísimo, tengo que ir a ver al abogado por el tema del divorcio, ¿Vos te quedás?- le preguntó a Gabriel. -Si, lo espero a Dany, tengo algunas cosas que hablar con él-respondió. Carlos tomó su bolso y le dio un beso a Gabriel.-Nos vemos en la próxima- y se retiró.
Gabriel se sirvió una copa y se sentó a esperar. La habitación vacía le dio espacio para pensar un rato. Se había propuesto algo. Hablaría con Dany. La última vez que lo había intentado Dany amenazó con dedicarse a la poesía o volver a correr una maratón. Gabriel estaba un poco cansado de ser el antihéroe de sus novelas. Aparte de pedirle más dinero, necesitaba su promesa de no ponerle nombres tan ridículos como Aureliano.
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Si llegaron hasta acá pueden comentar....¡¡¡vagos!!!
Bueno, otro círculo cerrado. Ahora unos días de joda y luego entradas de no más de dos renglones a pedido del público alienado, jaja. Espero que algunos hayan disfrutado este intento. Gracias!
ResponderEliminarEsta te la debo :(
EliminarMe guardo el link para cuando tenga la cabeza menos quemada. Igual, copate, tampoco 2 renglones!
Saludos de Tecontaretodo!
Perfecto. Hay que enfriar la cabeza primero. Ni siquiera estoy pensando en dos renglones sino en una sola palabra potente. Un beso!
EliminarEl final lo tenía fresco en la memoria, pero no me acordaba de ese epílogo, ¿es nuevo?
ResponderEliminarY sí, Dany, acá no podés descansar mucho, el público reclama material nuevo, aunque me parece que muchos han/hemos disfrutado nuevamente de esta historia. Yo, por ejemplo, leí unas 15 veces Crimen y Castigo, y voy a leerlo otras más, si es que el tiempo de vida me lo permite.
Con relación a la extensión, creo que te quedaste a mitad de camino. A ver si me explico, cuando subiste esta historia por primera vez, los capítulos eran más cortos (y nuevos, fundamentalmente), al querer republicar el texto no te cerraba volver a extenderlo en tantos capítulos (y con razón), pero al hacerlo de a 5 o 6 capítulos, allí comenzó a pesar la extensión. ¿Queda claro?
Sea como fuere, siempre lo digo, salvo contadísimas excepciones, texto largo es mala palabra en el mundo blog.
Un abrazo y veremos qué se viene.
HD
Absolutamente claro, H. Pero me quería dar el gusto que es lo que pretendo hacer con el blog jajja.
ResponderEliminarAhora, lo que se viene en este espacio.....son los yocto-relatos. Mucho más chicos que los nanorelatos.....
Gracias por tu dedicación a la lectura!
Lamento la desaparición física de la puta, había llegado a un momento utòpico en su vida...
ResponderEliminarEn fin, no voy a renegar de los textos largos, yo tuve una época en que los publicaba y rezongaba porque nadie los leía, así que ahora me tomo un rato más y leo aunque sea émulo de Los Miserables!!
Abrazos!!
Gracias Intendente! Tiempo no sobra y los que andamos viajando de texto en texto y de blog en blog.....y encima comentamos....a veces suspiramos de alivio si la entrada a leer es corta jajaj.
EliminarMe pareció ¡¡Muy bueno...!!! aplausos al escritor...
ResponderEliminarSe entiende lo que dice Humberto. Seguro que algunos desertaron ante la extensión. Pero, Dany, no sólo vos te diste el gusto, me lo diste a mi también. Como siempre los finales sorprendentes.
besos
ella
Gracias, Ella!. Creo que valió la pena. Un beso y cuida que el cuervo no se infarte!
EliminarA mí me gustó mucho, Dany! Es verdad que es medio molesto leer textos largos en la PC, por eso sigo leyendo libros de papel, pero cuando una historia me engancha, me banco la extensión.
ResponderEliminarAdemás y lo más importante NO termina como me hubiese gustado. Y eso es lo mejor. Porque me sorprendiste. Como la vida misma, vio? :)
Felicitaciones, cuervín! Por animarte y por lograr una buena historia.
P/D: Che, ahora no te hagas el loco y escribas 2 renglones de merde, eh?
Besos fortineros!!!
P/D 2: Sigo pensando que Aureliano es un personaje monumental. Tiene todas las características para odiarlo y quererlo a la vez.
Me hace acordar a Camilo Canegato el de Rosaura a las 10. Terrible boludo, pero con esos toques que te dejan pensando...
De curioso nomás....¿Cual hubiera sido ese final a tu gusto?
EliminarLo dije, ahora vienen los yocto-relatos.
Un beso y gracias Vee!
Ayyyy Dany!!! Me gusta ser mujer!!! :D
EliminarQuería que se hubiesen quedado juntos, fornicando, con el dinero y pasándola de diez en las Islas Baleares! Me extraña araña!!! Sólo soy una mujer! Jajjajaja!!!Besos fortineros y otro especial para la Panda y el pandita azulgrana!
Buh! no me cambiaste el final! Malo...
ResponderEliminarEl epílogo estaba.
Salut!
Chiqui!!! Al menos sos coherente jajaj. Contame vos también que final te hubiera hecho sentir plena. Un beso y gracias por pasar!
EliminarEste final me hizo recordar al aviso de Fibertel, el del vago que se dedica a hacer páginas de internet. Si lo vas a publicar en tu libro yo quiero un descuento, porque ya lo leí dos veces!! Abrazo vaguito que refrita! jaja!
ResponderEliminarJjajaj. No tenés en cuenta el trabajo de remasterización y además el refritado se hizo con aceite extra-virgen.
EliminarSe viene Tigre-SLO.......
Abrazo!
Dany, después de este final, le recomiendo Niebla, de Miguel de Unamuno.
ResponderEliminarUn saludo y cumpla con el pobre Gabriel.
Acepto la recomendación. ¿Pobre Gabriel? ¿Sabés lo que está cobrando un personaje? jaja. Abrazo!
EliminarSi lo ven a Dany por aca de paso le dicen que habilite el bar en otros blogs.
ResponderEliminarExcelente la seguidilla querido. Dejese de preocupar por los nomres que le pone a los personajes en el cuento.
Abrazo grande.
Gracias! ¿Como sería lo de habilitar el bar en otros blogs? Cualquiera puede entrar con sus amigos.....cuando quiera. Explique Levi!!
EliminarAbrazo!
Buenos escritos Dany, seguire tu blog y visita las playas de conil. Saludos desde Conil ( cadiz). ve i blog de piso y playa
ResponderEliminarEl quetejedi de arriba es un ladri, viene publicando lo mismo en otros blogs.
ResponderEliminar¿Entonces no vamos a Conil?
EliminarAureliano, si, si. Hay que darle otra oportunidad, el tipo tiene potencial.
ResponderEliminarUn abrazo.
No se olvide del mal aliento. Un beso Cecy!
EliminarHay que avisarle a esta gente que Dany siguió matando a los protagonistas. Digo, para que no se vuelvan a involucrar si no se quieren manchar con salsa de tomate.
ResponderEliminarPor otro lado - volviendo a la historia - cuando Aureliano se quede con las valijas, quién se va a animar a gritarle "agarramela con la mano", eh?
Cada vez es más difícil encontrar personajes fieles y dedicados. Desde que armaron el sindicato....está todo mal.
EliminarY ....con una en cada mano...difícil.
Un beso y no beba si conduce!
Muy excelente post.
ResponderEliminarNo se pierde el hilo, muy bien llevado el texto.
Nobleza obliga te lo tengo que decir.
pd: hace mucho que escribís?
¿fuiste algún taller? ¿Sos prof de letras?
¿Sos autodidacta? jajaj cuánta pregunta.
beso
Caro Pé!! Gracias.
EliminarEscribo desde que estaba en la cuna.
Jamás fui a un taller.
No, pero me gustaría haberlo sido.
Si...totalmente autodidacta detrás del muro.
Un beso!
Mire,el larrrrgo es lo de menos cuando la situación lo amerita y Usté le puso tanta garra y visualidad (?) al relato,que bien valía todo lo extenso que quisiera hacerlo... ;)
ResponderEliminarP.D.:Con respecto a los nombres,son un detashe al paso,la importancia de un buen nombre elegido para tus historias,hacen a los personajes inolvidables!!
BESITOPPPP
Gracias Gabu. Me reconforta saber que algunos dedican su tiempo a leer las cosas que escribo.
EliminarUn beso!
me gustó la historia, los personajes -siempre me gustan sus personajes- y a usté le banco cualquier largo que sea, mire lo que le digo.
ResponderEliminary como le digo una cosa le digo la otra: me lo banco mas que nada porque siempre termina bien, je.
beso
Jajja...Gracias Miralunas. Recuerdo una tarde en la fue leyendo de a uno un montón de capitulos de la primera publicación....y comentaba en...TODOS!!!
EliminarUn beso!
Dany, anoche comencé a leer todos tus post anteriores y te guardé en marcadores/favoritos para no tener que buscar tu blog desde otros y continuar leyéndote directamente. De ahí que no te dejara comentario alguno. Pero te aseguro que leerte, siempre es muy entretenido.
ResponderEliminarAhora continuo poniendome al día.
ya te comentaré.
:)))
jaja
ResponderEliminarserías un fantástico director de cine o ya lo eres :)); un auténtico creador de historias que engachan, entretienen, divierten y sorprenden.
El final de tu película no me lo esperaba. Por qué tiene que morir M., si ella no cometió ningún asesinato, tampoco tuvo mucho suerte con su padre... y J. sea como fuere acabó como empezó, todo había sido una pequeña tregua para llegar a la última decisión: suicidarse.
Genial. Una buenísima historia Dani.
un abrazo :)
Gracias Esilleviana. M muere porque piensa que con eso salva a J......para ella si que se transformó en el héroe que él queria ser.
EliminarTambién muere porque la bala no pregunta.
Un beso y gracias por tus palabras.
Dani, el epílogo me suena a pedido de disculpas por escribir. Jamás hagas eso. Me encantó el Aurelio ese, bravo!
ResponderEliminarGracias! Te parece? Lo vi como un juego.....
EliminarIgual te entiendo lo que decís....a veces -ANTES-
caía en esa tentación.
Un beso.
aqui estoy, yo(como Susana pero sin labial en mano) repito que valio la pena cada palabra. Qué se yo me queda flotando eso de que amenazó con dedicarse a la poesía, no porq tenga algo con los poemas sino porque si fue amenaza solamente por ahi, Dany, sigue escribiendo
ResponderEliminarbesotes!!
Gracias! Amenaza......difícil que la cumpla .....pero si fuera así sería en otro espacio. Algo parecido a astillas de luna.
EliminarUn beso!
me la dejó picando, sorry, pero en Astillas tiene un lugarcito para cuando guste empezar a despuntar el vicio. Usted ya sabe
Eliminarbeso
Bueno....ahora no me quedan más excusas, jaj.
EliminarVengo atrasada con las lecturas, pero no me podía perder el final. Y la guita? Quien se la quedó? No me diga que Aureliano ... no me quedó claro ese punto.
ResponderEliminarMe pareció muy bien logrado el clima de suspenso, creo que no había otro final posible aunque yo lo hubiera matado también a Aureliano jajaja, me cayó mal el gordito.
A ver que sigue ahora entonces ...
un abrazo
Excelente desenlace!!
ResponderEliminarHay cosas que son inevitables, que por alguna razón u otra, sólo pueden diferirse, como el destino de Julián. Mariana te confirma que lamentablemente la suerte puede no estar de tu lado en la vida.
Saludos.
Empezaré buscando el principio de esta historia ...mucha imaginación tienes...
ResponderEliminarMuy bueno. Muy linda historia. No puedo decirte que me sorprenda que termine mal.
ResponderEliminarGuarda con tus antihéroes, Dany. En cualquier momento sos boleta.
Respecto a la Biblia, oh, pronto leerás lo que le pasó a Dina por estar rodeada de tantas bolas. ¡La semana que viene!
Me alegro de que te haya gustado lo de Raúl. Gracias por los elogios.
¿Pero al limbo no van los bebés antes de ser bautizados? ¿A los diez hubiese ido al limbo también? Igual, qué embole, ¿no?
¡Los Cubrepileta! Nos faltaba un chino para ser los Cubrepileta.
¡Abrazo y gracias por pasar!
Siempre es un gusto leerte.
Sabés que el gordo te odia, no???? Tirale unos mangos más, o se va a creer la del asesino!!!!! Pobre, Aureliano le pusiste, sos muy guacho...
ResponderEliminarBuenísimo Dany, felicitaciones, me encantó... Redondito...
Besossssssss
Muy buen relato!! Lo disfruté mucho.
ResponderEliminarLeer de la pantalla es incómodo cuando el texto no lo amerita, lo que no ocurre en este caso.
Lo único que a mi me pasó leyendo este extenso relato es que para comprometerme con la historia lo tuve que aislar del formato de blog. Porque mientras leía, el diseño del blog, los festejos de San Lorenzo, las fotos de sus amigos y hasta el fondo negro parecían conspirar en contra de mi concentración... La solución? Copié todo el texto, lo pegué en un block de notas y desde allí lo disfruté a mis anchas.
Coincido con Esilleviana que no quería que muriera M., pero una vez muerta M. y espantado Aureliano, Julián merecía tomar el dinero y continuar con su vida... que me parece que es exactamente lo que hizo (o no?) ya que ese final me huele a círculo vicioso. Además, si no se mató la primera vez, cuando era realmente un infeliz, menos lo va a hacer ahora que la empezaba a pasar tan bien! (por lo menos "así lo veo yo" jajaja!). Me encantó. Abrazo!
PD: A pesar que es la primera vez que comento, quiero decirle querido que a su blog lo tengo en mi lista de favoritos, y leo sus historias a diario (sólo soy vaga para comentar). No deje de escribir, tiene un talento innato!! Mis felicitaciones.
Manulisa! Gracias por tus palabras. Reconfortan.
ResponderEliminarEn cuanto a la historia no es un círculo vicioso sino un círculo que se cierra. Volvió al lugar de partida listo para suicidarse luego de una hermosa tregua en su vida. Solo una tregua....sin M. tampoco tenía mucho sentido. Un beso y nuevamente gracias.
A mi me gustan los relatos largos, no tuve ningún problema con leerlos, hasta busqué mi cafecito como cuando leo un buen libro en papel. A mi me pareció buena la decisión de la muerte de M. El misterio del destino quedó sin resolver y resulta importante para no aflojar la trama.
ResponderEliminarBienvenida! Cuando lo escribía pensaba en la película La Tregua. Eso era lo que quería para los personajes......una tregua en su complicada realidad.
ResponderEliminarNo me dió para el happy-end.
Un beso!