A pesar de que sus padres eran absolutamente escépticos, el ser el séptimo hijo varón a Pablo siempre le ocasionó innumerables problemas psicológicos. Ni siquiera fue ahijado de ningún presidente como manda el decreto. Claro que viendo el desempeño de algunos presidentes esta situación puede ser considerada un alivio. Su adolescencia transcurrió entre la angustia y el insomnio porque de algún modo entendía que tarde o temprano y de acuerdo a la leyenda, se convertiría en lobizón. Estaba convencido de que una parte suya, densa y oscura, se ocultaba detrás de su bondadosa cotidianeidad. Ni hablar de su ansiedad en las noches de luna llena. Concluía que todo ser está formado por la contradicción entre dos fuerzas y que, generalmente la esencia de la maldad se ocultaba por las reglas morales y la hipocresía. Leía todo lo relacionado con las leyendas de los hombres-lobo y también repasaba la historia del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde. Esperaba una transformación. La esperaba de tal forma que fue condicionando su vida. Al oscurecer, se encerraba en su cuarto, se desnudaba y dejaba transcurrir el tiempo hasta el amanecer. Ese amanecer que lo encontraba como siempre, despierto y sin ningún cambio.
Pero todo cambió cuando aquel viejo libro llegó a sus manos. En él se describía que los procesos de transformación ocurrían en un mayor número de casos cuando se cumplía la mayoría de edad. Por eso el día que cumplió los dieciocho huyó de su casa dejando plantada a su numerosa familia y se fue al campo. Era una noche fría de Setiembre con una luna blanca e inmnesa. Se sentó en medio de la nada y se desnudó. La sangre le estallaba por dentro, su imaginación lo catapultaba a verse como un inmenso lobo aullando en la llanura, sembrando el miedo. Su piel comenzó a resquebrajarse y sus rasgos comenzaron con la transformación. Al fin su lado oscuro, su mitad de maldad, aflorarían a la superficie. El extraño deseo de dejar su costado bueno y convertirse en un violento depredador.
Al amanecer despertó, le costaba mover su ahora voluminoso cuerpo. Se estremeció con la idea de la falta de agua. Al final su lado oscuro emergente alcanzó para transformarlo en lobo.
Un enorme y torpe lobo marino.
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ResponderEliminar¡Qué cruel! ¡Dejar un lobo marino en medio de la pampa! Greenpeace te va a escrachar.
ResponderEliminar(A CASLA ahora le vendría bien un "Lobo" Fischer.)
Abrazo, Dany.
Es verdad....hasta el Lobo Cordone necesitaríamos jajja. Abrazo!
ResponderEliminarme la dejaron picando...
Eliminarlobo Fischer...
lobo Cordone...
... lo bo-ludos que son los jugadores que tenemos ahora...
... me gustaría hacer un comentario esperanzador... pero... hace más de un año que me veía venir ésto... y ahora que se vino... no me lo puedo bancar...
abrazo
él
jajajaja y ahora? quién podrá ayudarlo?
ResponderEliminarjajajaja! qué hijo de puta! jajaja! Ió le viá a dezir algo Don Daniel, algunas noches cuando nos mamamos, hemo vido algún crestiano desnudo en la llanura y le hemo dado pa que tenga...Lobo lo que dize lobo no apareció, lo que sí, auyaba como uno.
ResponderEliminarEso por no haber leído la letra chica del contrato...
ResponderEliminarSi lo hubiera hecho, por lo menos habría intentado la transformación cerca de una laguna o un arroyito!
Salute!!
Tanta preocupación tenía su razón de ser, él sabía que devendría en algo diferente, sólo que le fallaron un poco los cálculos, ¿no?
ResponderEliminarUn abrazo, Dany.
HD
Por cierto, tuve que transgredir mi esencia para comentar, pero vos lo merecés.
EliminarNaaaaaaaaa!!! Yo soy una imberbe importante...
ResponderEliminarY me lo creí. Me creí el cuentito y me imaginé al pibe tipo Benicio del Toro aullando como un poseso y vos me terminás el cuento haciéndome recordar la imagen de la rambla marplatense y los dos pedazos de bestias, bajo las cuales generaciones y generaciones de argentos se sacan fotitos...
No tenés paz!!!! Jejejee!!!
Besazo fortinero, Cuervín! Cuidame a la flia!
Dany, eso sí es, un inesperado giro final, aparte de una putada para el pobre.
ResponderEliminarUn saludo.
... y esperar a su loba (marina). Que esas sí las conocía.
EliminarUn saludo.
lobo de mar en tierra.
ResponderEliminargavilán en una jaula.
eunuco en un harén.
cuando pidas un deseo tenés que ser lo mas detallado posible, no?
Ups! Se convirtió en un Otaria Flavescens!! Me recordaste a un ex. Qué malo Dany! Dejaste al pobre personaje solito en el medio del campo! Seguramente le irá mejor que al caucho de Gonzalo Heredia, jaja!
ResponderEliminarBesosss..
no, si es como siempre digo, ojo con lo que deseás que al final se cumple!!
ResponderEliminarlástima que le faltó "afinar" un par de detalles
besos, Dany
y 14, por las dudas...
ResponderEliminarAl menos los bigotes le van a crecer, me ha dado ternutra Dany, que quiere que le diga... Usted me tiene acostumbrada a algo mas sangriento.
ResponderEliminar:)
Un beso.
Ahhhhhjajajaja! que buen final! Un lobo marino en medio del campo, pobrecito! Al menos puede volver tranquilo a su casa y las noches de luna llena llenará la bañera y se meterá dentro ... .
ResponderEliminarAtenti al lupo!
besos
Perdón ternutra, NO. Ternura...SI.
ResponderEliminarjajajajajaj...decretar, decretar, trabajar en orientación al deseo, a lo que se nos ha designado...pero con puntería!!!!
ResponderEliminarQue boludo debe sentirse, nada más boludo que un lobo marino!!!
Te quiero Dany!!!!!
Mantener la tensión para luego dar ese giro al final indica que hay un malabarista tejiendo la historia. Un abrazo y por estos lados nos volvemos a ver.
ResponderEliminarMirá como estaré que vos decís en bolas, en plena pampa, una noche fría de septiembre y yo pensé que le daba neumonía.
ResponderEliminarLa verdad, me mataste con el final. Buenísimo.
Muy bien! Ahora, se me revolvió el estómago pensando en Cristina amadrinando al pobre pibe o a cualquier otro 7° hijo varón. Desconozco si está permitido hacer comentarios políticos en este vecindario, espero que no moleste. Está todo tan difícil!
ResponderEliminarA mí también me mataste con ese final, para variar ya me habías atrapado en el relato!!!
ResponderEliminarBesos!!!
Muy bueno, obbbvio!
No entiendo por qué, de una, se desnudaba... siempre se desnudaba y se desnudaba... Eso debió ser... el
ResponderEliminarlobo-hombre tiene la camisa rota... fue un error de indumentaria. ;)
Cuervo compañero en la ansiedad, en el dolor, en el valor... oh.. aah gg... Oh! Dios!!! (si hay Dios) Tomémonos las manos... todavía no saltemos que aun hay unos centímetros de soga'onde agarrarse! Avanti!
jaja, yo pensé que terminaba cuando un lobo de verdad se lo morfaba mientras él estaba desnudo en el campo esperando la transformación.
ResponderEliminarPablo debe haber inspirado a Lobo, la novela del trece
Muy buen final… jajaja… como siempre…
ResponderEliminarA diferencia del hombre lobo original, que saca a la luz lo sensual de la animalidad, este pobre lobo marino causa ternura y un poco de asquito…
besos
ella
Pobre muchacho! ¿habrá influido en algo que ningún presidente lo haya apadrinado? O a lo mejor le salió de padrino el innombrable (es sabido que es piedra) y los padres no se lo dijeron para que no se amargue la vida...
ResponderEliminarSaludos!
jajajajajjajaa... un lobo marino!
ResponderEliminartal vez, solo tal vez, a Caperucita le hubiera encantado esta historia. igual que a mi!
cómo lo quiero, vea!