27/12/10

Asesino de asesinos 4

Sereno. Tan sereno como para entrar al edificio aquel mediodía con un único plan. Tocar todos los timbres y esperar que algún desaprensivo abra la puerta desde su comodidad. Subió por la escalera hasta el segundo piso. Primero  esperar a que la amante se fuera y luego ver la manera de entrar al departamento y liquidarlo. Se sentó en la escalera con sus pensamientos, se sentía poderoso. No habían pasado ni cinco minutos cuando la puerta del departamento se abrió y salió una mujer. Se le heló la sangre. La misma mujer que tomó el taxi en ocasión de su primer asesinato abría la puerta del ascensor para luego desaparecer.  Le temblaron las piernas. Volvió a sentarse confundido hasta que se recuperó. Se dirigió por fin hacia la puerta que estaba entreabierta y entró silencioso, como un gato.
Encontró al gordo desnudo, atado a la cama. Amordazado y patético. Sus ojos le pedían ayuda. Dos disparos fueron su respuesta. Salió rápido y se escabulló en una pobre avenida con pretensiones de centro comercial. De regreso en casa y luego de la ducha se dejó llevar por sus interrogantes. ¿Dos asesinatos y una misma mujer? ¿Discutía con el primero y dejó atado en la cama al segundo? Un misterio. Un hermoso y atractivo misterio, pensó luego de recordar su figura. De una cosa estaba seguro. El placer que este cambio de rumbo en su monótona vida le estaba proporcionando no daba margen para que ninguna mujer desvié su atención. O sí ?......(continuará).......

3 comentarios:

  1. Acá voy llegando... y ahora entiendo el comentario.
    Parece que ambos lo conocimos ;)
    Volveré pronto.
    Abrazo.

    (por cierto, la foto no tiene contra... la analogía del muro, tampoco)

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  2. Gracias Camilo. Rogelio Aguas, asesinos aqui y allá que bien no saben como van a seguir (como la vida misma), algo de futbol. Ya te sigo.

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