Cuando el experto forense hizo la segunda autopsia comprobó la disección perfecta de un músculo del cuello hecha seguramente por otro profesional . Sin él la prueba del estrangulamiento se volvía imposible. Así presentó su informe. Algo más faltaba para cerrar la causa y por eso el mismo forense habló con un aparente testigo de los hechos que desde las sombras parecía recordar claramente lo sucedido. Un cartonero que vivía recorriendo la basura en busca de cosas para vender. Ese testigo tenía un hijo preso y negoció con el fiscal su libertad a cambio del testimonio. También hubo otro testigo compañero de basurales del anterior que a cambio pidió que le archiven un asesinato. No hacía falta.
"Se me refaló" dijo el imputado en su testimonio. Luego vino la declaración del cartonero:"La fuerte discusión los llevó al balcón. Los insultos iban y venían, el alcohol hacía de las suyas. De pronto un par de trompadas y ella cayó al piso. El se retiró unos instantes obnubilado y furioso con el corazón latiendo desorbitadamente. A los pocos minutos volvió, pareciendo estar un poco, solo un poco, más controlado. Levantó el cuerpo insconsciente tomándolo del cuello y la estranguló como si fuera una gallina. Luego la arrojó por el balcón. Al cabo de unos minutos, luego de comprobar la ausencia de miradas, se tiró sobre el cuerpo de ella en forma deliberada. Ahí comenzaron sus pedidos de auxilio."
La condena a semejante violencia finalmente llegó. Parte de la sociedad también se vio condenada. Parece que a los ídolos se le pueden perdonar cosas que a los comunes, no. Aún luego de varios años algunos titulares de diarios repiten en cada aniversario del hecho: "ella cayó de un balcón..."
*Ficción sobre hechos de público conocimiento.
¿ A quien le creímos en su momento?
ResponderEliminarEs extraño, Dany, que ambos hayamos subido un texto que habla de la violencia de género, ¿nos estará pasando algo en relación con eso?
ResponderEliminarClaro que el tuyo habla de un caso muy puntual que fue conocido hasta en mi país en su momento. Aún recuerdo las fotos de esa mujer caída boca abajo con una pierna levantada: un horror.
En fin...
Cambiando de tema, te pregunto, me pregunto y pregunto: ¿Dónde están tus seguidores, dónde los míos y los de todos los blogs?
¿No se les estará yendo de las manos este asunto a blogger?
Un abrazo, amigo mío.
Humberto.
Sí, la historia es así, lo que está escrito es lo que vale... pese a que en muchas ocasiones lo que sucedió no se corresponde con lo que hay escrito...
ResponderEliminarCuántas habrán caído de un balcón... no?
Abrazos!!!
Es muy triste. Estas cosas son muy tristes. Todo lo que haya al rededor es solo escenografía de una tristeza tan grande. Perder a alguien querido es difícil de superar, si encima se agrega violencia, e injusticia, impotencia... que te den un cuerpo lastimado... Todo es tan triste. Un abrazo grande
ResponderEliminarEs muy triste q pasenestas cosas, como cuando alguien famoso se pego unpalo en autopista y el qmanejaba lucido tenia la responsabilidad, o el caso del abusador qpor ser ingeniero y buen vecino pudo qudar libre, esas cosas son tristes para una soceidad q como dijo Giego es un pais esponja...
ResponderEliminarTrencita
Bueno, este pagó con la cárcel y posteriormente con su vida. Hay muchos que no, especialmente gente poderosa. Creo que nadie tuvo muchas dudas de cómo había sido la cosa en ese caso, en otros, aún seguimos sin saber la verdad.
ResponderEliminarBesos, Dany :)
Es que hay dos clases de justicia: la de los ricos y famosos y la de los pobres.
ResponderEliminarSe ve que el campeón no tenía ni demasiado dinero ni demasiados contactos porque sino, otro gallo hubiera cantado.
Muy bueno.
Abrazo!
a este se le refaló, el otro no sé q inventó cuando atropelló a la chica y la mató...y así, alguien deberíia acomodarle la venda en los ojos a la justicia para que deje de espiar por un costado
ResponderEliminarbeso
el campión tenía dinero y contactos, pero era un matoncito nacido en un basural y a otros contactos con otros dineros, les caía pesado. esos eran más amigos de los jueces que él, por suerte para esta vez. me acuerdo clarito de todo éso! me he quedado con un sabor amargo. me trajo a las que se refalan de otros balcones y ni siquiera las anotan en los hospitales. gracias por esto también. un abrazo
ResponderEliminarY sin embargo seguimos en un pais sin justicia(y así seguiremos hasta que haya un cambio verdadero).Muy buen relato.
ResponderEliminarSaludso
Las "Palabras al viento" se quedaron cortas: vivimos en un mundo sin justicia.
ResponderEliminarLa justicia es un invento humano y ya sabemos cómo nos suelen salir las cosas. Es muy lindo creer que existe... como los Reyes Magos.
Un abrazo.
Noooo! Te acordas que él ya tenía un historial grosso de violencia? No sé si había opiniones encontradas en cuanto a si lo había hecho o no, creo que habiendo asumido eso el pedido era para condena o que su condición de ídolo sirviera de aliciente nomás!
ResponderEliminarAbrazo
Claro Pablo, que tenía antecedentes. Lo que quiero instalar es que muchos medios y opiniones escondían el asunto bajo un "se cayó del balcón".
ResponderEliminarEn lo demás coincido.
Nunca le creí al campeón, el ya había dado algunos golpes fuera del rin.
ResponderEliminarMe encanto como trabajaste este texto tan delicado. Y no por el campeón precisamente.
Un abrazo!
Imagino que continúa pagando sus errores!!! En una sucesión de condenas extracorporales por toda la eternidad...
ResponderEliminarHay una justicia que es ecuánime...
Besos
Uh, me salió RE Pastor Gimenez!!!! Jeje...
ResponderEliminarahora que volvio blogger a la normalidad, tarde pero seguro, a la justicia "Se le refaló" la venda en este caso. Y este texto tuyo Dany, no cayó en ningún golpe bajo!sandra montelpare
ResponderEliminarCreo que todos sabíamos que la había matado. Pero no faltaron todo tipo de comentarios a los efectos de aliviar la culpa del campeón. Que la mina era una atorranta, que volvía con él porque en el fondo le gustaba que le pegaran, que nadie podía creer en la palabra de un cartonero porque .... era cartonero, que el pobre no sabía lo que hacía porque había tomado, que no quería matarla.
ResponderEliminarY andá a saber. Capaz que matarla no quería. Sólo quería golpearla hasta dejarla inconsciente, como otras veces. Pero se le "refaló".
La cuestión es que Alicia murió asesinada por el hombre que amaba, que el hijo de ambos quedó huérfano y que se manipularon cadáveres, pruebas y testigos.
La justicia lo condenó.
La sociedad fue más benévola.
Si, es a lo que apuntaba, Malena. Cierta benevolencia de la sociedad.
ResponderEliminarHola Amigo! Lleguè de viaje hoy por la mañana. Me estoy poniendo al día de a poco. Encima Blogger no me permite comentar! En fin...
ResponderEliminarLa frase "cayó del balcón" me suena tan perversa y fachista como la famosa "algo habrán hecho" Son "tips" de algunas mentes bajas y chupamedias (más en el caso de los famosos) que desconocen el significado de la palabra VERDAD.
Abrazo grande, Dany!
Bee.-
Increíble que todavía haya gente que lo defiende a Monzón.
ResponderEliminarSalutes.
Me pilla lejos pero recuerdo, aunque difusa, la noticia.
ResponderEliminarQue terrible.
Saludos.
el tema, es que se confunde al "ídolo" con la persona... lo mismo que con maradona y tantos otros...
ResponderEliminarEl tipo fue un grande como boxeador, pero eso no lo exime de sus "pecados". El problema es que la gente y los medios exigen de los ídolos una vida acorde a sus éxitos... y ellos, los ídolos, no son más que personas con un don en un aspecto puntual y limitado de su existencia.
El error es suponer que Maradona, por ejemplo, por habernos hecho infinitamente felices con su fútbol, debería ser, también, un tipo sabio, buena persona, etc... a ellos, como a cualquiera, les caben las generales de la ley (aunque no nos guste que no sean lo que hubiéramos deseado...)
... lindo relato, dany...
Monzón es otro de los eejeemplos de que los boxeadores no terminan muy bien de la cabeza.
ResponderEliminarLos 2 casos que se me vienen a la cabeza tienen victimas mujeres, que triste.
En fin, lamentable que esta historia sea tan verídica.
Saludos Dany :)
Yo te leo por los que comentan...
ResponderEliminar"después ... La niebla..."
Yo creo que la macana tiene que ser muy grande para que un personaje de ese calibre termine preso. La justicia, a esos niveles, recorre caminos sinuosos.
ResponderEliminarEn este caso así fue, eso es evidente.
Un saludo.
Trise, como en demasiadas ocasiones.
ResponderEliminarUn saludo.
Me gustó el relato Dani, bien tratado un tema bastante delicado que no acaba de desaparecer de nuestras sociedades. Como un hombre que llega a ese extremo para mi deja de serlo, en el mismo instante que lo piensa.
ResponderEliminarSaudos e Saude de este gallego que se va aficionando a tus relatos.
Bienvenido "gallego"!!!
ResponderEliminarEs que es así nomás Dany. De no ser por el cartonero, zafaba. Igual, tampoco es que se comió la perpetua, pero algunas veces la justicia llega por otro lado; "es que la noche anterior, mientras llovía a cántaros José, el hermano de Alicia Muñiz, se deslizó debajo del auto de Carlos, aflojó un poco el tubo de alimentación del freno a disco, lo justo, para que funcionara el tiempo suficiente y alcanzara la velocidad ideal, los 160km que solía ponerle Carlos en la ruta...De repente se cruzó un perro suelto y Carlos quiso frenar, bombeó, pero el freno no respondió y el poste, cual Picota de castigo final, le dio su eterno abrazo...
ResponderEliminarEs que ud. me inspira!!
Seeee, "se me refaló..." Pero esto, al lado de tantas cosas que "nos creímos" hasta me parece naif. Claro, no quita el desenlace fatídico para la pobre mujer. Buen relato.
ResponderEliminarJ&R
Qué habrá sido del cartonero Báez?
Es evidente que la violencia de géneros se centra sobre la que ejerce el hombre hacia la mujer, y es lógico, porque es la que más duele y más se ve... Pero algún día leerán una nota sobre la violencia femenina... Se los prometo...
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